echo de menos las tormentas -fuertes, fuertes- de verano...
Siempre vamos a contracorriente.
[Pero nunca llueve a gusto de todos, ¿no? porque aquí, ni caen las hojas de los árboles por ningun lado, ni vuelven las tormentas a mi ventana].
pasa, escucha, habla...
Quizás las tormentas del invierno sean mejores, con el calor bajo la manta y la nieve en la ventana.
ResponderEliminarsi quieres yo de Soria te mando unas cuantas con nieve y todo, eso sí, compra una buena manta =)
ResponderEliminarA contracorriente... muchas veces es la manera que encontramos para detenernos a valorar aquello que de pronto nos falta.-
ResponderEliminarBesos.
Las tormentas de otoño también pueden ser una maravilla. Ten confianza... :)
ResponderEliminarPasaba por aquí y aprovecho la ocasión para desearte un feliz fin de semana...
ResponderEliminarCreo que sí, ando por un lugar más cálido, pero aún queda mucho camino por recorrer... Esto sólo es el principio.
ResponderEliminarEl día 13 voy para tu tierra, y espero que allí no haga tanto frío como en Bilbao jeje.
Un abrazo, y siempre, siempre a contracorriente!
sigamos a contracorriente...
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